Este sábado 15 de octubre, celebramos el “Día Internacional de la Mujer Rural”, y cómo no, este es un día de gran importancia para la profesión veterinaria, tan arraigada al mundo rural, y en la que la mujer es actualmente protagonista por número de colegiadas, así como por la labor que desarrollan, desde el primer momento en el que accedieron a ella. Y que mejor forma, que hacerlo de la mano de una compañera, la granadina Marian Torres Serrano, que desempeña su labor como veterinaria en la Asociación Nacional de Criadores de Ovino Segureño, y que el pasado 28 de septiembre participó, en representación del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Granada, en la Jornada “La mujer emprendedora e impulsora de la sociedad Rural”, en la sede del Centro de Interpretación del Cordero Segureño, en la localidad de Huéscar.
P-Marian, cuéntanos un poco, de qué trataba la jornada, y cuál fue tu aportación, en dicho foro.
R- Participaba en una mesa redonda donde yo pude exponer mi papel dentro de la sociedad rural, donde ejerzo mi profesión de veterinaria. Relaté mi historia personal y mi relación con la ganadería segureña en mi entorno familiar. Llegado el momento de decidir mi futuro profesional, decidí estudiar la Licenciatura de Veterinaria en la Universidad de Córdoba. Una vez terminada la carrera, tuve que decidir entre quedarme en mi pueblo o emigrar a otra ciudad a desarrollar mi labor profesional. Y decidí quedarme en mi pueblo, en Orce, y comencé a trabajar en Huéscar, en la Asociación Nacional de Criadores De Ovino Segureño, desarrollando labores sanitarias y de mejora genética, para finalmente dedicarme a la gestión de la marca de calidad, Indicación Geográfica Protegida del Cordero Segureño, que es mi ocupación actual.
Mi labor como veterinaria me ha permitido afrontar satisfactoriamente muchos retos. El principal, ha sido y es el aprendizaje de la labor de los ganaderos y ganaderas que desempeñan su trabajo en el territorio donde se encuentra la raza Segureña. Trabajo y esfuerzo diario por dignificar una profesión, la de ganadero, bastante denostada y maltratada. Para ello, uno de mis empeños en mi quehacer diario como veterinaria, ha sido el de procurar darles el lugar y el reconocimiento a la profesionalidad de estos hombres y mujeres.
Otro de los retos, ha sido revalorizar y visibilizar el trabajo de estas mujeres. Como ganaderas, llevando a cabo durante muchos años las labores propias de la explotación pecuaria, así como el de labores administrativas, combinándolo todo con las labores domésticas.
Además, el ser veterinaria y desarrollar mi labor a nivel nacional, me ha permitido durante estos años, profundizar en el conocimiento de mi sector, y divulgar mi conocimiento y mi experiencia a otros muchos compañeros y compañeras.
El testimonio de Marian, nos sirve de ejemplo de que se puede crecer profesionalmente, y trabajar en el mundo rural, y que las mujeres, en este caso las veterinarias, son un claro ejemplo de impulso y dinamización de la sociedad rural actual. Y que, con su trabajo, de gran repercusión e importancia en la salud pública, en la sanidad y el bienestar animal, nos permiten el crecimiento de todos como sociedad. Muchas gracias Marian, y muchas gracias a todas las veterinarias que de continuo trabajáis por mejorar nuestra profesión, y el día a día de vuestros vecinos en todos los pueblos de nuestra querida provincia.
