José Miguel Mayor: «Los veterinarios somos la barrera de contención en medicina preventiva y garantizamos la salud alimentaria» – Granada Digital

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El presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Granada, José Miguel Mayor Moreno, hace balance de la mitad de su mandato, dos años “de mucho trabajo, mucho sacrificio, pero también mucha satisfacción”, como resalta en la entrevista con GranadaDigital. Mayor Moreno destaca la importancia de los veterinarios como expertos en sanidad animal y en la prevención de enfermedades de origen animal y lamenta que sean los únicos profesionales sanitarios que tienen “un IVA de lujo”, cuando se trata de la salud de los animales y de las propias personas.

Pregunta (P): Se encuentra pasado el ecuador de su actual mandato. ¿Qué balance hace de este periodo y qué nuevos propósitos pone en el horizonte?

Respuesta (R): Empezamos nuestra andadura como nueva Junta de Gobierno el 25 de febrero de 2020 y el inicio fue duro, porque unido a la incertidumbre de una nueva etapa, a los 15 días del traspaso se produjo el confinamiento por el coronavirus y, sobre todo las primeras semanas, fueron de incertidumbre laboral, profesional y personal, como a todos. Fue complicado de asumir, pero con la ayuda de los trabajadores del colegio, del resto de colegiados, del consejo andaluz y del colegio general fuimos capaces de echarnos para adelante y de afrontarla. Estos dos años han sido de mucho trabajo, mucho sacrificio, pero también mucha satisfacción. Hemos cerrado convenios, por ejemplo, con el Banco de Alimentos. Para nosotros ha sido muy satisfactorio ayudar a parte de la sociedad más vulnerable de Granada, ayudando a impulsar sus planes de higiene y dando formación a la gente que trabaja en el Banco de Alimentos y a la gente que está en riesgo de exclusión social para que tengan nuevas oportunidades laborales.

Y de cara a lo que pueda venir, vamos a seguir fomentando la formación de calidad a nuestros colegiados, a través de los cursos de formación online y presenciales, congresos y de la nueva Cátedra de Veterinaria, que también se abrió justo al final del periodo de la Junta de Gobierno anterior y hemos sido nosotros quienes la hemos impulsado y dado forma. Nos gustaría tener un Máster de Higiene Alimentaria, de Salud Pública, a través de la Cátedra de Veterinaria de la UGR, y también abrirnos a la sociedad granadina. Nos centramos mucho en dar formación a nuestros profesionales, pero también hay que divulgar y formar a la ciudadanía en el tema de salud pública, sanidad animal y salud alimentaria. Estaremos centrados en eso en lo que queda de mandato.

P: ¿Qué acciones de calidad online y presencial promueve el Colegio de Veterinarios de Granada tanto para sus colegiados como para los ciudadanos?

Tenemos formación continua en todos los aspectos de la poliédrica profesión que tenemos, desde salud pública, sanidad animal, higiene alimentaria, manejo de los animales, especialización en medicina preventiva, etc. Con respecto a la ciudadanía, queremos empezar este otoño con formación en tenencia responsable, bienestar animal, con pequeñas charlas, que no sean muy densas, que sean muy dinámicas, tanto en formato online como presencial.

P: ¿Cuáles son las principales reivindicaciones que tiene el colectivo?

R: Entre las reivindicaciones profesionales más importantes que estamos exigiendo en los últimos años está el tema del IVA del 21% para las actividades veterinarias. Somos la única profesión sanitaria que tiene un gravamen impositivo de un IVA de lujo, cuando estamos hablando de salud. La salud de nuestros animales es nuestra salud. Vivimos en un concepto sanitario que es de una salud única y la salud no entiende de compartimentos profesionales. Ahora mismo, el 60% de las enfermedades que conocemos son zoonosis, es decir, enfermedades que se transmiten de los animales al hombre. Y de las emergentes, muchas de ellas lamentablemente de gran actualidad, el 75% son enfermedades de origen animal. No entendemos que la salud de nuestros animales y, por lo tanto, nuestra propia salud esté gravada con un IVA de lujo, del 21%. Esta es una de las reivindicaciones profesionales que llevamos más tiempo exigiendo a los diferentes responsables políticos.

Otra reivindicación es la de la precarización de la profesión a través del aumento de las facultades de Veterinaria. Hace unas semanas hemos conocido la noticia de que se va a abrir la decimoquinta Facultad de Veterinaria en España. Tenemos actualmente un número de egresados al año de unos 1.500 nuevos compañeros y que el mercado español no es capaz de absorber. Esto provoca frustración en los nuevos profesionales y la precarización de la profesión. Entendemos que los responsables de educación tienen que intentar adecuar la oferta formativa a las necesidades profesionales, porque si no, además de comprometer la calidad de la formación, resulta una inversión enorme formar a un profesional tan cualificado, para que después muchos de ellos acaben o yéndose de España o trabajando en otra cosa. Hay que adecuar el número de estudiantes de Veterinaria a nivel nacional a las necesidades que tiene el mercado, por lo menos a medio o largo plazo.

«No entendemos que la salud de nuestros animales y nuestra propia salud esté gravada con un IVA de lujo»

P: La pandemia del Covid-19 ha evidenciado el peligro potencial de enfermedades de origen animal. ¿Qué papel ha jugado la profesión veterinaria en general, y particularmente la granadina, en la lucha contra la pandemia?

R: Sobre todo a nivel nacional, consideramos que no hemos sido lo aprovechados que podíamos haber sido, porque tenemos un alto conocimiento en medicina preventiva y en control de enfermedades de tipo rebaño, como se ha estado hablando tanto estos meses atrás. En Andalucía, sí que contamos desde el inicio en el grupo de expertos de la Junta. El presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba formó parte del grupo de expertos, Antonio Arenas, que es catedrático de enfermedades infecciosas. El propio director general de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, don José María de Torres, también es veterinario y formó parte de ese grupo de expertos. Y en Granada, desde el inicio, creamos junto con el Colegio de Farmacéuticos unos cursos para hosteleros y restauradores, para que fuesen capaces de afrontar el nuevo reto que se les venía encima con esta nueva pandemia y fuesen capaces de ofrecer alimentos seguros a la población. También les indicábamos cómo transformar las instalaciones de restauración en instalaciones de suministro de alimentos para llevar y que así se pudiesen mantener abiertas. Con esa formación online fuimos capaces de llegar a casi más de 2.000 trabajadores de la hostelería y la restauración en la provincia de Granada. Participaron el Colegio de Farmacéuticos de Granada, Caja Rural de Granada, Ron Montero y la Diputación Provincial. Después, en los momentos más terribles de la pandemia, hubo veterinarios que, a través del colegio, ofrecieron sus elementos sanitarios como monos de un solo uso, guantes, gel hidroalcohólico y demás a las autoridades sanitarias por si era preciso su uso.

» Tenemos un alto conocimiento en medicina preventiva y en control de enfermedades de tipo rebaño»

P: La viruela del mono también preocupa con 16 casos confirmados en Granada y 271 en toda Andalucía. 

R. También se trata de una zoonosis. La ventaja que tenemos, en este caso, es que su modo de transmisión es más dificultoso, porque necesita un contacto estrecho entre el infectado y el potencial nuevo enfermo. También cursa con menos gravedad. Siendo preocupante, porque cualquier enfermedad emergente lo es, en principio no revierte la gravedad, por su dificultad en el contagio y por su curso más benigno, que ha podido tener el Covid, que aunque parezca que nos ha dejado, sigue ahí.

P: Ahora también hay brotes del virus Langya, que de momento no parece tener riesgo de convertirse en pandémico. ¿Qué debemos saber sobre este nuevo virus?

R: Tenemos un montón de enfermedades emergentes. El 75% de ellas son de origen animal. Tenemos también fiebre del Nilo occidental, que parece que el Covid la barrió del mapa informativo, pero en el tiempo de la pandemia hubo muertes en España por fiebre del Nilo occidental, que se transmite de las aves migratorias al hombre y a los caballos, a través de la picaduras de mosquitos. Tenemos también casos en España de fiebre de Crimea-Congo y de enfermedad de Lyme. Hay un montón de enfermedades que, debido a las consecuencias del cambio climático, con inviernos más suaves y veranos más secos, permiten que patógenos que no teníamos presentes hace unos años ahora lo estén. Y también la globalización, la facilidad de transportar personas y mercancías tiene como contraprestación nefasta el transportar enfermedades y estamos todos expuestos a enfermedades que hace 25 ó 30 años serían impensables en estas latitudes. Esto no hace más que indicarnos que tenemos que estar superformados en enfermedades que antes no serían normales en nuestro país y que hay que contar con los veterinarios como expertos en la sanidad animal y en la prevención de las enfermedades de las personas que tienen origen animal, para que podamos afrontar estas potenciales amenazas con la mayor solvencia.

P: ¿A qué otras enfermedades de origen animal, además de las mencionadas, debemos prestar especial atención?

R: La fiebre del Valle del Rift también es una enfermedad que es susceptible de ser padecida por animales domésticos como los rumiantes y el hombre, y que puede cursar con encefalitis y que tenemos que estar en constante vigilancia para evitar que tengamos los casos en nuestro país, pues está presente en el norte de África. Otras enfermedades que no son de carácter zoonótico, que no se transmiten al ser humano, pero que son muy importantes en la cabaña ganadera, son la peste porcina africana, que la tenemos en centro Europa y que puede producir, en caso de que entrara, estragos económicos en el sector porcino. O la rabia, que parece que es una enfermedad de siglos pasados, pero Marruecos es un país endémico de rabia y compartimos fronteras y, por lo tanto, un gran riesgo de difusión. Por ejemplo, la ciudad autónoma de Melilla, en el último año, lleva ya nueve casos de rabia confirmados en perros abandonados. La rabia es una enfermedad que mata a una persona en 14 días. Es grave y nos parece literatura del siglo XIX, pero está ahí y, afortunadamente, en España no tenemos casos autóctonos desde el año 78, pero hacemos barrera, tenemos la frontera con el mayor gradiente de diferencial sanitario que hay en todo el mundo, que es la de Europa con el norte de África. Nosotros somos la primera línea de defensa.

La enfermedad de Lyme es otra a las que se debe prestar atención. Está vehiculizada a través de vectores, en este caso de garrapatas, y es una enfermedad que hace unos años no pensaríamos nunca, pero hoy en día la tenemos. Hay que estar muy vigilantes y muy al día en formación para ser capaces de detectarlas cuanto más pronto mejor, para poder atajarlas cuanto antes.

«Hay que estar muy vigilantes y muy al día en formación para ser capaces de detectar las enfermedades emergentes de origen animal»

P: ¿Cómo influye actualmente la sanidad animal en el reto de la soberanía alimentaria?

R: La soberanía alimentaria, lamentablemente muy de actualidad, por la pertinaz sequía, a la que se une la crisis energética, que tienen como resultado un alza de costes en la producción del sector primario y que repercute en la carestía de la cesta de la compra. Desde el colectivo de la profesión veterinaria estamos, junto con los ganaderos, trabajando mano a mano para mitigar en la medida de lo posible estas amenazas y ser capaces de tener el mercado abastecido de alimentos con toda la normalidad y con unos estándares sanitarios, de bienestar animal en las explotaciones y medidas de prevención ambiental los más altos del mundo. Como no puede ser de otra manera, trabajamos en el sector primario bajo el paraguas normativo de la Unión Europea, que tiene los estándares más altos en bienestar animal, en sanidad de los alimentos y en prevención medioambiental.

P: Actualmente se habla de la resistencia bacteriana a algunas sustancias como los antibióticos como «la pandemia silenciosa». ¿Qué papel juegan los veterinarios en esto?

R: Para quien no lo sepa, las bacterias son capaces de crear mecanismos de defensa frente a los antibióticos. El mal uso de los antibióticos favorecen la aparición y proliferación de esas resistencias antimicrobianas. Se ha denominado la pandemia silenciosa y, de no ser por el Covid, estaría en la prensa más a menudo. Para mí es el gran reto del sector primario, y por lo tanto de los veterinarios para los próximos años. También, cómo no, de los médicos, los farmacéuticos y del resto profesiones sanitarias, porque de no poner freno a esta deriva, nos veríamos en un apocalíptico mundo post-antibiótico, en el que la cirugía más banal no se podría llevar a cabo con las facilidades que tenemos hoy en día. A fecha de hoy, el Ministerio de Sanidad, a través del Plan de Resistencias Antimicrobianas, estima que más de 3.000 personas mueren todos los años en España debido a la resistencias antimicrobianas. Sí que es verdad, como apunte esperanzador, que desde 2014, cuando se implantó el Plan Nacional de Resistencia Antimicrobiana, hasta hoy, se han conseguido muchos avances, disminuyendo por ejemplo, en más de un 60% el uso de antibióticos en la ganadería y pequeños animales, consiguiendo así frenar, e incluso revertir esta crítica situación.

Se está trabajando muy bien en este aspecto. Los veterinarios hemos tomado responsabilidad sobre el asunto. Se prescribe de una manera escrupulosamente responsable. Los antibióticos siguen siendo una herramienta terapéutica que tenemos ahí, pero se intenta a través del manejo, cambiar pautas que eviten de primeras el uso de antibióticos y, aún así cuando se tengan que usar, lo hacemos de manera que está aplicación sea la más eficaz y responsable. Con la realización de antibiogramas que nos permiten escoger el antibiótico más eficaz para un patógeno concreto. O restringiendo o desechando el uso de algún antibióticos concreto en la medicina veterinaria, que sea de uso crítico en la medicina humana.

«El mal uso de los antibióticos es lo que hace que se genere esa resistencia antimicrobiana»

P: ¿Cuál debe ser el papel de los veterinarios como inspectores sanitarios y agentes de promoción de la salud pública?

R: En la parte de salud pública, los veterinarios llevamos la seguridad alimentaria, garantizamos la inocuidad de los alimentos que consumimos y hacemos labores de prevención de salud. Se informa y controla a los diferentes operadores, los diferentes industriales cárnicos, distribuidores, hasta al más pequeño restaurador, en definitiva, todo aquel que tiene que ver con la cadena alimentaria, las correctas prácticas de higiene para evitar contaminaciones o infecciones alimentarias. También se dan charlas e información a asociaciones de consumidores para que se sepa cuál es el correcto manejo de los alimentos. Por ejemplo, siempre ha sido una típica y desgraciada noticia de verano las infecciones alimentarias por salmonela o campilobacteriosis y se trabaja para que la gente esté informada y sepa cuáles con las correctas prácticas de preparación y conservación de los alimentos.

P: ¿Cuáles son las perspectivas de la profesión a medio plazo?

R: Las perspectivas de la profesión son buenas. Somos una profesión antigua, tenemos más de 250 años de estudios de Veterinaria formales. La Facultad de Veterinaria de Córdoba, que es la que ha formado a la mayoría de veterinarios granadinos, este año celebra su 175 aniversario. Y, aunque seamos una profesión con tanta solera, somos una profesión de presente y de futuro. Somos sanitarios, somos los garantes de la sanidad animal y de la prevención de la salud pública y humana, puesto que hay enfermedades animales que se transmiten al ser humano y nosotros somos la barrera de contención primera en medicina preventiva. Y también somos los que garantizamos la salud alimentaria. Los alimentos que comemos todos los días son supervisados por inspectores sanitarios veterinarios. Somos una profesión de futuro, porque el hombre seguirá teniendo que comer y seguirá habiendo animales. También somos una profesión que tiene mucho que ver con el tema del medioambiente, ya que en un mundo globalizado, amenazado por el cambio climático, los veterinarios somos esenciales para preservar el equilibrio de los ecosistemas y la biodiversidad. El veterinario es una profesión sanitaria de mucho futuro.

Además, la Veterinaria ha evolucionado notablemente, de una profesión eminentemente masculina, muy ligada al entorno rural, al cuidado de los équidos y demás ganado, se está transformando, sin olvidar su origen rural, en una disciplina que ha colonizado lo urbano y las mascotas, y que es eminentemente femenina. En los últimos años, el número de compañeras egresadas roza el 80% con respecto a los hombres. No tenemos el problema de otras profesiones con el tema de visibilizar la labor de la mujer, ya que la mujer es la protagonista de la veterinaria hoy en día.