El cumplimiento de las normas asegura un uso correcto de los medicamentos veterinarios

En Infarma se abordó el pasado jueves el tema de la prescripción, la dispensación y el medio ambiente en los medicamentos veterinarios. Se proponía que sea el propio veterinario el eje principal de punto de recogida de los residuos veterinarios, a modo de semejanza con el Punto Sigre.

Margarita Lobo, titular de Oficina de Farmacia, profesora asociada del departamento de Toxicología y Farmacología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, detalló a los presentes los pormenores de cómo los veterinarios deben prescribir los medicamentos. Expuso además que Cataluña es la comunidad autónoma que más vende medicamentos veterinarios. Recordó que los farmacéuticos deben dispensar los medicamentos sujetos a prescripción veterinaria.

Entre las principales conclusiones de Lobo, destacó que el cumplimiento de las normas y su conocimiento aseguran un uso correcto de los medicamentos veterinarios y debe ser exigido en todas las partes implicadas: fabricantes, prescriptores, dispensadores, propietarios de animales de compañías, operadores de producción primaria. Igualmente, señaló que un uso incorrecto tiene y tendrá consecuencias negativas para toda la sociedad, animales, medio ambiente y seres humanos. Algunas de ellas podrían ser problemas de Salud pública, como las resistencias, o de contaminación ambiental.

Isabel Ortega, licenciada en Ciencias Ambientales y Veterinaria, se centró en las implicaciones medio ambientales. Propuso que sea el propio veterinario el eje principal de punto de recogida de los residuos veterinarios, a modo de semejanza con el funcionamiento que hay en las farmacias del Punto Sigre. José María Ordoñez, farmacéutico y presidente de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, alerto de que el punto máximo de emisión al medio procede del consumo de los antibióticos en los medicamentos veterinarios. De la misma manera, subrayó que la calidad de los antibióticos en medicamentos veterinarios es diferente en los diversos países de la Unión Europea.

Durante el transcurso de la mesa redonda, se lanzaron varias preguntas al auditorio. La primera fue si los veterinarios pueden tener medicamentos en sus clínicas más allá de los necesarios para una urgencia. La mitad contestó que no y solo un 25% dijo que sí. Otra pregunta fue si los veterinarios pueden tener envases clínicos y fraccionarlos para su venta en las clínicas. El 82% contestó negativamente y el 18% positivamente. La última fue si los veterinarios pueden preparar o vender fórmulas magistrales. En esta hubo unanimidad, el 100% respondió que no. Lobo expresó que los veterinarios los pueden dispensar sólo como continuidad del tratamiento y siempre que corra peligro la vida del animal. Ortega, como veterinario, dio su punto de vista: «Hay una realidad social y otra normativa. La realidad es que hay irregularidades en este ámbito en cuanto a la venta de continuidad de los tratamientos».